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Llevar los problemas a casa
¿Tienes tú en tu familia El árbol de los problemas? A veces olvidamos usarlo, pero siempre es bueno recordar que todos podemos simbólicamente plantar el árbol de los problemas, incluso si no tenemos tierra. ¿En tu familia, en tu hogar, solo se habla de problemas y asuntos por resolver?
Vivimos en un mundo acelerado. El ritmo de vida que muchas veces nos auto imponemos nos carga de estrés y de frustración por no poder llegar a hacer todo y además, perfecto. Muchas veces, llevamos nuestros problemas a casa al volver de trabajar. Permitimos que «contaminen» nuestra vida, de tal manera, que hacemos daño, sin que sea nuestra intención, a las personas que más queremos. Si estás viviendo situaciones como estas, de seguro que te vendría bien tener el árbol de los problemas en la puerta de casa.
Si estás teniendo un día duro, ¿estás en la obligación de gritar a tus hijos o a tu pareja?
Si tienes demasiadas tareas y obligaciones y estás en un momento de sobrecarga emocional, ¿eso justifica que tengas malas contestaciones o que tu cara sea más parecida a la de tu perro, que a la que tú sueles tener?
Olvidamos, que elegir nuestra actitud ante las circunstancias entra dentro de lo que podemos hacer. Olvidamos que nuestra felicidad aumenta si nos aplicamos en mejorar nuestra gestión emocional. A veces no está en nuestras manos controlar o cambiar muchos aspectos de nuestra vida. Pero siempre está en nuestras manos aumentar nuestros niveles de inteligencia emocional y así llegar a mejorar nuestra experiencia vital. La inteligencia emocional aplicada en la pareja mejora las relaciones personales y las inter-familiares.
Los problemas de fuera y los de dentro.
A veces creemos que tenemos problemas de pareja, pero ¿y si son problemas de falta de inteligencia emocional? ¿Y si es estrés o estás sufriendo el síndrome del burn out?
Una familia, una pareja de larga duración, seguramente tendrá que enfrentar situaciones complicadas, estrés laboral, caos empresarial, peleas en el trabajo o un jefe que presiona para que hagas todo más rápido de lo que humanamente se puede hacer. Los niños se comportan como niños (están revoltosos, corren, saltan, se suben a los sofás, están vivos y sanos, en definitiva) pero tú no tienes tiempo para tener paciencia y entender que solo quieren jugar. Tú solo quieres que se metan a la cama luego de haberse bañado y lavado los dientes, y que se acabe ya este día….
Posiblemente tengas ganas de explotar, de quejarte y soltar todo este estrés. O sientas la necesidad imperiosa de quejarte de todos y por todo. A veces te cansa discutir porque tu pareja siempre quiere tener la razón. O puede que tengas unas ganas imposibles de frenar de criticar a todos los que trabajan en tu empresa…. pero alto!!! No lo hagas!!
Las quejas y las críticas, la negatividad obsesiva, el estrés y las preocupaciones son un gran problema en una relación de pareja. A veces sentimos la necesidad de compartir todo esto con nuestro esposo o esposa… olvidándonos que quizás nuestra pareja también pudo tener un mal día. Para estos casos, te recomiendo que ambos utilicen el árbol de los problemas.
El árbol de los problemas
Este bonito relato nos ayuda a aprender una enseñanza que todos, en un momento u otro de nuestras vidas, necesitamos poner en práctica.
Al entrar en su casa, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara sonreía plenamente. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. La energía había cambiado completamente. Posteriormente me acompañó hasta el coche.
Cuando pasamos cerca del olivo, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo visto cuando entramos.
– Ahh, si, ese es mi árbol de los problemas, – contestó
– Sé que no puedo evitar tener problemas durante el día como hoy en el trabajo por ejemplo, pero no quiero traer estos problemas a mi casa. Así que cuando llego aquí por la noche cuelgo mis problemas en el árbol. Luego a la mañana siguiente, cuando salgo de mi casa los recojo otra vez.
– Lo curioso es, – dijo sonriendo – que cuando salgo a la mañana a recoger los problemas del árbol, ni remotamente encuentro tantos como los que recuerdo haber dejado la noche anterior.
Cuanto podemos ganar si dejamos nuestros problemas a la puerta de casa.
Cambia la manera de expresar tus quejas, expresa tus sentimientos y necesidades, en lugar de tus reclamos.
Podemos mejorar nuestras relaciones personales si mejoramos nuestra inteligencia emocional.
Viki Morandeira
Coach Ontológico
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