¿Harías algo mal sabiendo que es un error? ¿Repetirías algo que es un error y que te da malos resultados? Seguramente has dicho que no, que eso te perjudicaría. Que no eres tan ingenua como para hacer algo que te perjudique a ti o a quienes quieres. Sin embargo, yo pensaba igual que tú, pero descubrí que cometía los 7 hábitos mortales para una relación de pareja.
Castigar
Quejarse
Culpar
Amenazar
Perseguir
Criticar
Sobornar
La relación que tienes con tu pareja es una consecuencia de tus actitudes. Es difícil asumir esa responsabilidad. Pero si lo analizamos resulta tan claro y tan evidente, que el cambio de hábitos se hace de manera casi instantánea.
Tu esposo no es tu hijo. Y un mal hábito es castigarlo cuando para tí se ha portado mal. Quizá tienes la ingenua creencia de que para que aprenda, para que cambie, tiene que sufrir. Y le haces sufrir castigándolo. O tu pareja te castiga a ti. Este es un mal hábito en el que los dos pueden caer.
Si detectas que esto ocurre en tu relación, toma la firme decisión de cambiarlo. No más castigos. En lugar de eso, pregúntate. ¿Por qué le estoy castigando? Todos tenemos «debería» que creemos que nuestra pareja tiene que cumplir. Y este es un error muy común. Si no es como debería ser… ¡Zas, castigado! Si no hace lo que debería hacer… ¡castigado!
No le pones un castigo como a tus hijos. Pero caes en el error del ojo por ojo. Como él no ha hecho tal cosa, tú dejas de hacer tal otra por él. Y así estás consiguiendo que la relación cada día se deteriore. Cambia este mal hábito.
Y si es tu pareja quien te castiga a ti. Intenta analizar cuáles son los «debería» que tiene tu pareja hacia ti. Con serenidad y madurez pueden hablarlo y mejorar la relación al deshacerse de uno de los 7 hábitos mortales para una relación de pareja.
¿Recuerdas cómo te sentías tú cuando alguien quiso controlarte usando el castigo, el chantaje emocional, la culpa, la queja, la crítica? Este tipo de conductas pueden generar odio, rechazo, pero también merman la autoestima de quien es continuamente criticado.
También hemos sido sobornados, «Si haces todas las tareas te dará un premio». ¿Quién no quiere un premio? Sin embargo con este hábito fomentamos el «palo y la zanahoria», premio-castigo.
¿Cómo castigas a tu pareja?
Con el silencio, con la «cara de perro» que le pones si no te ha contestado a un mensaje o ha llegado tarde. O usando el sexo como premio o castigo….
¿Te ha contestado tu pareja que lo hará cuando lo quiera hacer y no cuando tú lo digas? ¿Te suena? Si han pasado por esta situación, ha sido porque le estabas intentando chantajear, presionando para que haga algo en el momento en el que tú pensabas que debía hacerse.
Otra vez los «debería». Este pensamiento irracional sobre lo que la pareja debería hacer o sobre cómo debería ser es fuente de infinidad de conflictos. El día en que estudié sobre ello lo vi claro. Era como tratar mal a un perro porque no se comporta como un gato.
Si te ha respondido de mala manera, recuerda que toda acción tiene una reacción. En lugar de enojarte, puedes detenerte a reflexionar cuál ha podido ser la acción que ha dado origen a su reacción. ¿Puedes cambiarla? Si cambias tu acción, cambia la reacción.
¿Te quejas mucho?
Si crees que la forma de que tu pareja cambie o mejore es quejándote… ¡Pierdes el tiempo! Y además, estás en otro de los 7 hábitos mortales para una relación de pareja. La queja es completamente inútil.
¿Sirvió para algo que tus padres o maestros se quejaran de ti en tu infancia? Quizás si, pero no para algo positivo. Pudo servir para que tu autoimagen se deteriorara. Para que creyeras que nunca ibas a poder llegar a ser como ellos esperaban. ¿Has pensado que tu pareja se puede sentir así cuando te quejas sobre cómo es o cómo se comporta? La queja es totalmente improductiva. Por eso es uno de los 7 hábitos mortales para una relación.
Cuando te sientes mal porque algo no es como tú esperabas, cuando tienes unas expectativas que tu pareja no cumple, puedes caer en el mal hábito de culparlo.
Ni amenazar, ni perseguir, ni presionar, ni criticar, ni el chantaje emocional son útiles, ni sanos en una relación de pareja. Son hábitos nocivos que van generando grietas y distancia entre ustedes. Y lo triste es que puedes estar haciéndolo sin ser consciente.
Es posible mejorar una relación que ha vivido conflictos derivados de estos malos hábitos. Tú tienes un 50% de responsabilidad y puedes hacer bien, al 100% tu 50%.
Cambiar de hábitos puede resultar algo complicado, lento. Pero es posible.
¿Quieres mejorar tu relación de pareja? Escríbeme y te guío.
VIKI MORANDEIRA
Coach Ontológico
Crisis de pareja
Basado en un texto de la Lic. Graciela E. Prepelitchi
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