Empatia y Asertividad son dos conceptos importantes. Suelo decir que no existen los problemas de pareja, sino la falta de inteligencia emocional, ¿Actúas realmente con empatía y asertividad? Este es uno de los problemas que he detectado en muchas personas que entraban en crisis de pareja.
Analicemos cuáles son las conductas que No son empatía para poder conocernos mejor y mejorar en este aspecto tan importante a la hora de relacionarnos con los demás.
Empatia y Asertividad
Minimizar
Alguien está pasando por un mal momento, te lo cuenta. Ojo, porque puedes caer en el error de minimizar su situación pensando que así le ayudas. Decirles a alguien que sus problemas no son tan graves no es ser empático. Frases como «no es para tanto» o intentar hacerles ver que lo que deben resolver es algo sencillo hacen que la otra persona no se sienta comprendida. Si para esa persona fuera fácil, ya lo habría resuelto.
Educar
Tampoco actuamos con empatía cuando, con buenas intenciones, le decimos a la otra persona frases como: «esto que te ha ocurrido es algo de lo que tienes que aprender algo». No es empático imponer nuestras lecciones y enseñanzas en lugar de simplemente escuchar y acompañar.
Contar tu historia
Tu pareja te cuenta algo que le ha pasado, y en lugar de escuchar, le respondes hablando de tu propia experiencia. Si alguien dice: «mi madre está enferma«, no les ayuda en absoluto oír frases como: «sí, mi madre también tuvo esa enfermedad«. Ser empático significa centrarse en la otra persona y no monopolizar la conversación con nuestras propias vivencias.
Aconsejar
Quizá crees que cuando alguien te cuenta sus problemas, darle un consejo puede ayudarles. Pero nada más lejos de la realidad. No es empático dar consejos, no pedidos. Frases como «lo que deberías hacer es…» no ayudan a la persona a sentirse comprendida ni a encontrar su propio camino.
Dar lecciones de vida
Decirle a alguien que le ocurrió XX porque hizo ZZZ no es empático. No se trata de dar lecciones de vida ni de juzgar a los demás. Ser empáticos implica comprender y respetar las decisiones y sentimientos de los demás. Incluso si se han equivocado.
Diagnosticar
Le has escuchado y es normal que tu mente se forme una idea de lo que está sucediendo, para entenderlo mejor. Sin embargo, darle a la otra persona tu diagnóstico no es la mejor manera de ayudar. Evita frases como «lo que te ocurre es que…», ya que no ayuda a la persona a sentirse comprendida ni a encontrar su propio camino.
Desaprobar
Al escuchar a alguien contar cómo cree que podría resolver algo, es normal que tengas un punto de vista diferente. Sin embargo, expresar desaprobación o decir frases como «eso es una locura» o «yo no creo que debas hacerlo así» no ayuda en absoluto. La empatía implica escuchar y respetar las decisiones de los demás, incluso si no las compartes.
Consolar
Aunque parezca que consolar es empático, en realidad, no siempre lo es. Frases como «pobrecito» o «qué pena» no ayudan a que la persona se sienta mejor, sino que pueden hacerla sentir más víctima de sus circunstancias y evitar asumir la responsabilidad de encontrar soluciones.
Tranquilizar
Ni tranquilizar ni animar son actitudes empáticas. Cuando alguien está pasando por un momento difícil, frases como «no te preocupes» pueden hacer que la persona sienta que no comprendemos sus emociones. ¡Se siente preocupada, sus emociones son válidas! Dale derecho a sentir lo que siente. Y brinda tu apoyo y comprensión en silencio.
Simpatizar
Simpatizar no es lo mismo que empatizar. Decir «qué pena me da» puede parecer que estamos empatizando, pero en realidad estamos conectando con nuestros propios sentimientos sobre la situación. La empatía implica ponerse en el lugar del otro y comprender sus emociones, en lugar de proyectar las nuestras.
Comprensión intelectual
Comprender intelectualmente la situación del otro no es suficiente para ser empático. Entender que algo puede resultar complicado no es lo mismo que estar verdaderamente presente y conectado emocionalmente con la otra persona.
Juzgar
Expresar juicios sobre los sentimientos de los demás no es una actitud empática. Decir frases como «deberías sentirte mejor» o «deberías ver el lado positivo» no muestra empatía, ya que imponemos nuestras expectativas y juicios sobre cómo deberían sentirse.
Qué es Empatía
Entonces, si todo eso no es empatía, ¿qué sí lo es?
La empatía implica «estar con el otro», estar presente en su sufrimiento, preocupación e incluso alegría.
Ser empático significa bajar al mismo nivel, escuchar activamente y en silencio. No siempre necesitamos palabras para ser empáticos. A veces, la otra persona se sentirá más conectada si, desde el respeto de nuestro silencio, la invitamos a expresar sus emociones y liberarse de ellas.
Cuando alguien está pasando por un mal momento y quiere hablar con nosotros, no nos está pidiendo opinión ni soluciones. Lo que más necesita es nuestro tiempo, compañía y escucha libre de juicios y consejos. No debemos verlo como una víctima, sino acompañarlo para que pueda expresarse y liberarse del dolor que carga ahora.
La empatía es un poderoso vehículo para fortalecer nuestras relaciones y conectar a un nivel más profundo con los demás.
Al evitar las conductas que no son empáticas y cultivar la verdadera empatía, podemos generar un impacto positivo en la vida de quienes nos rodean y en nuestras propias vidas.
Recuerda, ser empático no es solo comprender intelectualmente, sino estar presente emocionalmente y brindar apoyo sincero. Practicar la empatía nos permite construir relaciones más sólidas, enriquecedoras y significativas con aquellos que nos rodean.