Seguramente te has casado con la misma ilusión y felicidad con la que nos casamos la mayoría de las parejas. El mismo sentimiento de gratitud con la vida, con el universo, por permitirles ser felices y tenerse el uno al otro. Es hermosa esa sensación, esa ligereza del amor de los primeros años…. y a pesar de seguir sintiendo amor, las cosas no siguen siendo siempre tan fabulosas… Puede que pienses que con el amor debería bastar…. pero no, con el amor no basta. ¿Se va agotando el amor? ¿Es normal que uno sea menos feliz a medida que pasan los años de pareja? ¿Has visto a matrimonios felices celebrando las Bodas de Plata? ¿Y las de Oro? Eso quiere decir que si, se puede, mantener la felicidad y la complicidad del principio más allá de los 20 años juntos. Entonces, ¿por qué hay cada vez más divorcios?
Todos los años se repite la misma noticia en periódicos, noticieros, radios… Las estadísticas de divorcios en España. Y sacan una media tomando en cuenta los más de 100.000 divorcios que se producen anualmente. Y la media dice que antes de divorciarse, pasan juntos entre 16 y 20 años. Y si además, tomamos en cuenta que 7 de cada 10 matrimonios acaban en divorcio, eso quiere decir que las bodas de plata cada vez se celebran menos! ¿Cómo evitas que el divorcio les rompa como pareja y como familia? ¿Amándole?
Ya lo haces, ya lo has intentado, y no fue suficiente para librarse de esta crisis de pareja que te lastima y te deja sin fuerzas para nada.
Algo que no solemos tener en cuenta, cuando estamos felizmente en pareja, es que con el amor no basta para mantener unida una pareja. Una crisis puede desatarse delante de nuestros ojos sin que pensemos que nos podía suceder.
Creías que porque le amabas, nada podía separarlos. Yo también.
¿Ingenuidad? Pues si, es como creer que un león hambriento no va a devorarte porque eres vegetariano. Entonces, ¿como no ser una de esas millones de parejas que se divorcian cada año en el mundo?
Cuando con el amor no basta
Entendiendo que con el amor no basta para ser felices hasta el final de nuestros días. Entendiendo que todas las parejas evolucionamos, que todas las personas maduramos y que en un momento de crisis es necesario buscar respuestas que nos ayuden a mejorar en aquello en lo que estamos fallando. Si, se puede ser más feliz con tu pareja incluso tras una crisis. Con total seguridad te digo que es algo que se puede conseguir.
Esto es algo que compruebo con gran satisfacción cuando recibo mails de antiguas clientas, como el siguiente mensaje de una de ellas. Jamás doy sus nombres, por respeto a su intimidad.
¿¿Vamos a terapia de pareja??
Puede que hayas pensado en ir a terapia de pareja. Puede que se lo hayas dicho a tu esposo, cuando el te comunicó que no sabía si quería seguir casado contigo… Y puede que te haya dicho que no, como la gran mayoría de hombres.
Pero incluso aunque no vayan juntos a terapia de pareja, si tú te decides a aprender cuáles han sido los problemas que han desgastado la relación y haces cambios constructivos, eso llevará a tu marido a hacer cambios positivos.
El camino para recuperar una relación de pareja requiere tener comprensión, paciencia, una correcta actitud y esperanzas. En unos meses, lo que hoy te está doliendo tanto y te hace ver tu futuro negro, al borde del abismo, en un tiempo queda atrás y puedes agradecer que esta crisis haya “sacudido” tu vida. Es lo que me transmiten mis clientas. Gracias a lo aprendido juntas durante su crisis han logrado una relación mejor. Este es mi trabajo. Lograr acompañar a cada mujer, a cada una de «mis chicas» en el camino hacia una pareja mejor, ayudándole a comprender, a actuar con paciencia, a hacer los cambios con una actitud correcta y a no perder las esperanzas.
Es posible que tu pareja tenga resistencia a creer que la relación puede mejorarse. Lo más habitual es que crea que “las personas no cambian”, que si tú has sido de una manera durante años, no hay forma de que cambies. La resistencia de nuestra pareja a creer que podemos recuperar la relación y volver a ser felices puede dividirse en 4 tipos de argumentos. Incluso nosotras mismas podemos identificarnos en estos argumentos pesimistas, incrédulas ante la posibilidad de VOLVER a ser QUIENES ERAMOS. Pensar así es la antesala del divorcio.
ARGUMENTOS DERROTISTAS
- Nada de lo que hagamos puede hacer que nuestra relación mejore.
- Mi pareja no va a cambiar.
- Mi pareja no quiere colaborar, y sola/o no puedo hacer nada.
- Ya he sufrido demasiado, no tengo fuerzas para seguir intentándolo.
- No creo ser capaz de cambiar.
- Hasta ahora no hemos podido lograrlo, ¿como vamos a poder mejorar nuestra relación?
ARGUMENTOS CON AUTO JUSTIFICACIÓN
- ¿Como no comportarme así luego de lo que me ha hecho?
- Es normal reaccionar como yo he reaccionado en esta situación.
- Me está haciendo tanto daño, que se merece sufrir.
ARGUMENTOS SI TU NO..YO TAMPOCO
- Yo siempre he sido quien ha puesto más en la relación, ahora le toca a él/ella.
- Mientras el/ella no de el primer paso, yo no daré ninguno.
- No es justo. ¿Porqué yo debería hacer todo el trabajo?
- En el pasado me ha hecho mucho daño, ahora le toca a ella/el pasar por lo que yo he pasado.
- ¿Y si mi pareja no se compromete igual que yo a salvar el matrimonio?
ARGUMENTOS EL PROBLEMA LO TIENES TÚ
- Yo no soy el problema en la relación, el problema es la conducta de mi pareja.
- A mi no me pasa nada, yo soy feliz, si el/ella es infeliz, será quien tiene que hacer cambios
- Mi pareja no sabe perdonar, solo tiene odio y rencor y ese es nuestro problema.
¿Qué hacemos cuando comprendemos que estamos en plena crisis y que incluso con todo el amor que tenemos por nuestra pareja, no basta para mantener la relación a flote?
Dejar de tener miedo a intentarlo. Dejar de argumentar con opiniones derrotistas, darle una opción a la esperanza, implicarnos, al 100%, en lograr aprender y hacer cambios constructivos en la relación. Gran cantidad de conductas, habituales, del día a día, pueden ahora ser los argumentos de nuestra pareja para afirmar que no tiene sentido seguir juntos.
Cuando mi esposo me pidió el divorcio, hace 10 años, yo no estaba dispuesta a aceptar que la relación hermosa que habíamos tenido durante 21 años se acabara así, sin más, odiándonos para siempre, cuando nos habíamos prometido amor por siempre. Aunque su decisión parecía firme, aunque tenía argumentos derrotistas para no apostar por nosotros, aunque no pusiera nada de su parte, yo estaba en mi derecho de hacer todo lo que estuviera en mi mano para salvar nuestra familia. Y fue difícil, doloroso, muchos días quise tirar la toalla, pero volvía a levantarme.. hasta que finalmente sucedió. Hoy puedo decirte que los dos nos alegramos de que yo no me hubiera rendido. (y nuestros tres hijos también)
Si estás pasando por una crisis de pareja, si tu esposo está en una relación de infidelidad, en torno a la mitad de la vida, en una crisis de los 40, si realmente quieres salvar tu familia, podemos luchar juntas. Envíame un mensaje y da el paso para luchar por lo que más quieres.
Amar no es perder la dignidad
Viki Morandeira
Coach Ontológico
Asesorando para el amor