discusiones de pareja constantes

Discusiones de Pareja Constantes

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Nos quejamos de la gota que colmó el vaso, sin tener en cuenta la pasividad con la que dejamos que el vaso se fuera llenando… Discusiones de pareja constantes, dejarse de hablar por días, mirarse mal, sufrir por el solo hecho de tener que decirse algo… Gota a gota ambos están llenando un vaso. Puedes quedarte sin hacer nada, quejándote de que tu pareja no cambia, no te entiende, no sabe comunicarse…. o puedes poner tu 100% para mejorar tu 50%. La responsabilidad es de los dos. Ser valiente es ser quien primero busca la solución. Y no, no pasa por intentar que te entienda. Sino por entender primero. 

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Las discusiones se graban a fuego

O mejor dicho, las graba el cerebro mediante un proceso bioquímico. La secuencia, tras una discusión muy fuerte, donde las emociones son muy intensas, donde seguramente habrá desbordamiento emocional, se da así en nuestro organismo:

  1. Discusión intensa
  2. Emoción intensa
  3. El cerebro libera un neurotransmisor llamado norepinefrina o noradrenalina.
  4. El neurotransmisor estimula el bulbo olfatorio
  5. Éste, a su vez, libera una proteína. La quinasa C (PKC , son sus siglas en inglés)
  6. La proteína fija en tus neuronas encargadas de la memoria a largo plazo, las emociones, la discusión.

El dolor de discusiones de pareja constantes da lugar a grietas en la relación. Discuten por tonterías, pero si ha existido desbordamiento emocional esto quedará grabado por la quinasa.

En muchos de los procesos de crisis de pareja en los que trabajo, la mujer se sorprende cuando su esposo le reprocha algo ocurrido 20 años atrás y que ella difícilmente puede recordar. Ella no llegó a desbordarse, pero su esposo sí, por eso él lo recuerda.

Aquello que no decimos no existe para los demás

¿Cómo podemos saber que a nuestra pareja le ha molestado algo, o incluso saber qué fue concretamente lo que le ha molestado si no fuimos conscientes?

Tenemos un órgano en nuestro cuerpo que es el encargado de tomar decisiones tan trascendentales como pedir el divorcio a nuestra pareja, del que desconocemos su funcionamiento. Asumimos como verdad aquello que nuestra mente nos trae a la memoria, cargado de emocionalidad, y actuamos siguiendo esos pensamientos.

Pero con gran negligencia dejamos de lado todas las situaciones buenas y nos centramos en reprochar lo que nos ha dolido, olvidando por completo que en 15 o 20 años de relación de pareja ha habido millones de momentos hermosos, que por este mecanismo arbitrario de nuestra mente, de pronto, dejan de tener ninguna validez.

Deja de discutir ya

Elige el motivo que prefieras. Pero deja de lado ya las discusiones de pareja constantes . Son como termitas. Puedes ver aún la casa en  pie, pero a base de desencuentros, dolor y malas actitudes, la casa se va debilitando y se vendrá abajo cuando menos te lo esperes.

Al trabajar con personas en crisis de pareja hay una situación que se repite de manera casi «exacta».

El hombre, tras 15 o 20 años de casado, con una edad comprendida entre los 40 y los 60 años, de pronto empieza a comportarse con agresividad hacia su esposa. Todo lo que ella dice le parece mal, todo lo que opina, lo que propone, lo que hace le provoca sentirse incómodo. ¿Qué ocurre? ¿Por qué este hombre se siente así?

Por lo general, lo que hay detrás de esa repentina agresividad del hombre es una falta de asertividad.

Permíteme que te lo explique con un ejemplo.

Pedro y Ana van a hacer un viaje. Están hablado sobre la ruta que escogerán para llegar a su destino. Pedro propone ir por XX, mientras que Ana propone que pueden ir por ZZ. Por ambos caminos es posible alcanzar el destino escogido, pero cada uno tiene “algo” por lo que le parece que la mejor opción es la suya. Pedro vuelve a repetir que para él es mejor ir por XX. Y Ana, que también está convencida que su idea es mejor, vuelve a insistir en que deberían ir por ZZ, dándole más y más argumentos a su esposo, intentándolo convencer sobre porqué su camino es mejor.

¿Realmente esto es tan importante?

Si tanto por ZZ como por XX pueden llegar a destino, el hecho de ir por un sitio u otro no es tan relativo. Pero mientras los dos siguen defendiendo su postura, entre los dos convierten la preparación de un viaje en algo que daña su relación de pareja. Pedro, tras varios intentos, empieza a sentir que se altera,  y para no discutir se rinde y hace las cosas como ella lo planteaba.

En este momento, el hombre, que ha dejado de defender su postura, porque le resultaba más importante protegerse de una posible discusión, evitar sentirse desbordado, se retira sintiéndose vencido. Pensaba que su opción era la mejor, pero se ha rendido porque en ese momento defenderla le estaba produciendo dolor al no poder hacer que su pareja le comprendiera, cediera, le diera la razón. Esa interacción con su pareja, de una intensidad emocional considerable, se graba en su memoria.

Mes tras mes, en una relación de 15 o 20 años, surgen infinidad de momentos donde ambos miembros de la pareja opinan diferente, donde cada uno ve su parte de la realidad, basado en las explicaciones que le de su mente sobre como “deberían” ser las cosas, sobre qué decisión sería mejor, etc… Y cada momento en el que el hombre se ha sentido desbordado, o al borde de estarlo, se ha grabado intensamente en su mente. Ha sido una gota que ha ido a parar a su vaso. En cambio, para la mujer, ese hecho no ha tenido una intensidad emocional tan importante como para grabarse en su mente.

Reprochar algo de hace años

Muchas mujeres con las que trabajo se muestran sorprendidas cuando sus esposos, luego de algunos meses de irritabilidad o de llevar una relación casi muda, empiezan a soltar, a escupir todas aquellas situaciones que les han molestado desde incluso antes de casarse. Para ellas resulta demoledor escuchar tanta agresividad de parte de sus parejas, ellas no han vivido la situación como la han vivido ellos, no lo comprenden porque ellos, en esas situaciones, no han sabido expresar lo que sentían, no han defendido su postura para evitarse el desbordamiento y se han rendido. La mayoría de las mujeres me expresan: “Si esto para mi no era importante, me hubiera dado igual hacerlo como él lo planteaba, si hubiera sabido lo importante que era para él, si me lo hubiera dicho, lo habríamos hecho como él quería”.

Y la respuesta de estos hombres es: Te lo dije, intenté decírtelo miles de veces pero tú no me escuchabas. Nunca me has escuchado.

En estas conversaciones también hay otro punto importante a tener en cuenta, y este es “Los pensamientos distorsionados”. Nuestra mente percibe la realidad de acuerdo a como la describimos. Si yo digo “nunca me has escuchado” automáticamente mi cerebro se centro SOLO en los momentos donde no me he sentido escuchado. Filtra la realidad dejando sobre la mesa la parte de realidad que más daño ha hecho a la relación, mis fallos a la hora de comunicarme, mis fallos a la hora de expresarme con asertividad, mis fallos derivados de mis propios pensamientos automáticos.

Tener paz es mejor que tener la razón

Se que este artículo es muy extenso, pero la gravedad del asunto lo requiere. El funcionamiento de nuestra mente, sumado a nuestros errores por falta de asertividad, por deficiencias a la hora de comunicarnos, por falta de inteligencia emocional y por tener pensamientos automáticos puede dejar a nuestros hijos viviendo con uno solo de nosotros, cambiarles su futuro para siempre, sin remedio. Por eso para mi es tan importante poder exponer en este artículo algo tan crucial como es el motivo por el que algunas personas se sienten incomprendidas, y llegan a pensar en el divorcio como única solución para su dolor ante estas situaciones.

Ambos cometemos fallos. Y uno muy importante es intentar tener la razón si para eso discutimos y vamos llenando el vaso de nuestra pareja.

A veces, pagan nuestros hijos un precio altísimo por nuestras carencias emocionales, por nuestra falta de inteligencia emocional y por nuestra escasa habilidad a la hora de comunicarnos con asertividad. Ellos son víctimas colaterales de nuestros errores. Podemos aprender, mejorar, aceptar  y conocernos mejor para evitar que ellos tengan que sufrir por algo de lo que ni siquiera han podido defenderse.

Antes de separarte, antes de llegar al divorcio, mucho antes de que la relación esté tan deteriorada, es necesario comprender al otro, hacer algo de inmediato para frenar las discusiones de pareja constantes y no esperar a que sea el otro quien cambie. Si tienes un incendio, ¿te sientas y miras tranquilamente como las llamas consumen tu hogar o te pones manos a la obra hasta que llegue ayuda?

Si estás pasando por una situación así, NO LO DEJES, porque el futuro de muchas personas depende de que te conozcas y mejores para así poder ser feliz y que los demás sigan siendo felices a tu lado.

Recuerda… nos quejamos de la gota que colmó el vaso, sin darnos cuenta con la pasividad con la que permitimos que el vaso se fuera llenando…

Viki Morandeira

Desde 2010 soy coach. Online, sin importar donde vivas, podemos trabajar juntas y salvar tu matrimonio. Escríbeme y te guío. O búscame en facebook.

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