Si algo he aprendido en este tiempo es a escuchar. La comunicación en la pareja fallaba. Me he dado cuenta que muchas veces no escuchaba, si no que estaba pensando lo que yo iba a responder. Otras veces no dejaba terminar la frase del que me hablaba. Ahora que lo he ido aprendiendo, me doy cuenta que a mi marido le ocurre lo mismo. Algunas veces no escucha y tiene esa manía de terminar mis frases porque cree que sabe lo que voy a decir. El otro día pasó : yo estaba hablando, comienzo y el va y acaba con lo que él cree que era mi final de la frase. Pero no era así, se equivocó y le digo Ale pues ahora ya no te lo cuento.- Si, dímelo.. y le respondí, Es que crees que lo sabes todo y es muy difícil que sepas tambien lo que hay en mi cabeza. (con buen humor eso si) no dijo nada ni se lo tomó mal.
Comunicación en la Pareja
Este párrafo que acabas de leer, lo escribió una de mis «chicas» para preguntarme ¿Cómo actuar en estos casos? ¿Cómo hago que él vaya también aprendiendo sobre la comunicación en la pareja?
Uno de los primeros pasos que siguen «mis chicas» en el acompañamiento online para mejorar la relación, es enfocarnos en la comunicación en la pareja.- Y la comunicación empieza por saber escuchar, por la escucha activa. Una vez que mis chicas comprenden que algunos fallos cometían a la hora de escuchar, se dan situaciones como estas. Ella ha aprendido, pero él aún no. ¿Cómo «educarlo»? ¿Cómo «conseguir» que el también mejore?
Te comparto las 12 pautas que son imprescindibles para este tipo de situaciones en las que la comunicación en la pareja tiene fallos como interrumpirse, como que te terminen las frases o que tu pareja no escuche, esté distraído o simplemente se adelante y acabe respondiendo algo que no tiene relación con lo que tú estabas diciendo.
12 Pautas para una Mejor Comunicación en la Pareja
El aprendizaje se da cuando uno quiere aprender, no cuando uno quiere enseñar.
Y la mariposa, cuando aún no está lista para salir como «mariposa» sigue haciendo el capullo!!! Si no has leído el cuento de la Mariposa y el Hombre, te lo recomiendo. Ayuda a respetar los tiempos del otro.
¿Qué quiero decir con esto?
Que aunque un miembro de la pareja haya aprendido algo, quizás el otro aún estará en fase capullo durante un tiempo. Porque no está aún «maduro» como para dejar de vivir dentro de su capullo. ¿Se le puede ayudar? Según el cuento no, pero yo creo que sí se le puede ayudar. Con ayudas pequeñitas, con la manera en que nosotras actuamos, con la forma en que le respondemos cuando repite su error, y también con lo que nosotras decimos si repetimos el error y lo detectamos a tiempo.
Pauta 1: Dale una respuesta que le ayude a pensar.
En lugar de una «crítica» y decirle (aunque con buenas maneras) «Hombre, tú te crees que te lo sabes todo, pero no» es mejor hacer otro comentario. Porque un comentario del tipo «tú, tú, tú» se lo tomará como algo personal, como una «agresión/ataque» y en lugar de llevarle a reflexionar, esto le lleva a defenderse, a pensar (que no decir) NO, yo no me creo que me las se todas. No, no lo se todo, pero cuando se algo, lo sé.
Por eso, es mejor buscar un comentario o una respuesta que le ayude a pensar, que lo ponga en la postura de «meditar» sobre lo que hace y cómo lo hace, que un comentario que lo ponga a la defensiva. Más adelante te doy un par de ejemplos.
Pauta 2: Ten su atención, sino, espera a tenerla antes de hablar.
La «mala costumbre» de interrumpir y terminar las frases, requiere presencia para evitarla. Estar presente para escuchar, para no caer en el viejo hábito de «adelantarse» a lo que el otro pensamos que va a decir. Una buena costumbre es hablarle cuando tenemos su atención, cuando tenemos su presencia, para que esté preparado para escuchar y no con prisas para seguir con lo que estaba haciendo. Que a veces «no es visible» que esté haciendo nada, pero en su cabeza llevan toda una fábrica de pensamientos, problemas y búsqueda de soluciones que no descansa. Por eso, es bueno, cuando queremos decir algo importante, buscar tener su atención llamándolo por su nombre, mirándolo a la cara, hablándole cuando nos ha mirado.
Pauta 3: Deja lo que estás haciendo para hablar
También es muy oportuno hacer lo mismo. Si hemos ido por la vida con mucha prisa, siempre corriendo para todo, siendo la mujer orquesta, una mujer multitask, es bueno dejar atrás la mala costumbre de seguir haciendo «lo que sea» mientras el nos está hablando. Así, con nuestra conducta, al prestarle nuestra atención al 100% le estamos indicando cómo nos gusta ser escuchadas-.
Si llega, te habla y tú estás haciendo la comida o alguna otra tarea.
- Frena
- Dejas lo que estás haciendo.
- Te giras hacia el, para estar de frente
- En línea recta, mirándole a los ojos
- Y así le escuchas mientras te habla.
Pauta 4: Respira. Espera. Cuenta hasta 10
Por supuesto, sin adelantarte, sin interrumpir.
Esto también favorece el proceso de pensamiento y comprensión, al permitirnos tener la idea completa pero también al darle tiempo a nuestro cerebro «humano» para entrar en acción.
Cuando «reaccionamos» en milésimas de segundo, lo estamos haciendo desde el cerebro reptil, desde la parte menos desarrollada de nuestro cerebro, la primitiva, que solo tiene dos movimientos: ataque y huida. El cerebro reptililiano también tiene otra manera de actuar, que no es en sí un movimiento, porque es paralizarse.
Quizás has visto en algún documental como ciertos animales cuando ven el peligro de ser atacados por un depredador paralizan su cuerpo y «se hacen el muerto» con la intención de que el depredador siga de largo y no tengan que ni atacar, ni gastar energías en huir. El neocortex, el cerebro más evolucionado con el que contamos, requiere unos segundos para «conectar» , por lo que el consejo antiquísimo de «contar hasta 10» antes de decir nada, tiene mucho sentido. Favorece que evitemos la reactividad del cerebro reptiliano (que escapa o ataca) y la emocionalidad del cerebro límbico, que todo se lo toma muy a pecho y de forma personal.
Pauta 5: Di lo que ibas a decir
¿Qué podemos decir/hacer en lugar de hacerle ver que no nos ha dejado terminar?
Déjalo hablar, que termine su idea, aunque esté equivocado. Y cuando acabe de hablar, decirle, «En realidad, lo que yo te quería decir era «tal cosa» . Sin criticar ni mencionar que te ha interrumpido.
Pauta 6: Muéstrale el camino
También es una buena manera de «mostrarle el camino», lo que tú haces si cometes ese error. Si has detectado que te has adelantado, puedes decir: «Disculpa, me he adelantado, continua, te escucho». Así el tendrá un ejemplo de cómo podría responder si él te interrumpe o corta la conversación.
Pauta 7: Educar a los hijos y que escuche el padre
Podemos «educarlo» indirectamente, a través de enseñar a nuestros hijos a no caer en este error de comunicación. Si detectamos que los niños están hablando y se interrumpen, o estamos conversando con ellos y se adelantan, nos cortan, con cariño y respeto , cuando han acabado con su interrupción, le podemos decir. Cariño, mamá aún no había terminado de hablar. Si respondes antes de que una persona termine de decir lo que te está diciendo, puedes equivocarte, puedes no comprender la idea, lo que te querían decir, Lo que yo te quería decir antes de que interrumpieras era que tal cosa.
Es importante no hacerlo con soberbia, o pareciendo «la que va de lista», sobre todo porque estaríamos cayendo en el mismo error que le hemos «marcado» a nuestra pareja.
Pauta 8: Prepárale
También puedes»preparar» una mejor comunicación en la pareja. Antes de empezar a hablar puedes hacer un comentario para que escuche hasta el final, sin interrumpir, diciéndole ANTES DE EMPEZAR, Si me permites, me gustaría decirte algo, permíteme que te de la idea completa para así poder darme tu opinión. Serán 30 segundos nada más. Le estamos diciendo: Espera, ten paciencia. Cuando yo haya transmitido mi idea, quiero escucharte, saber lo que tú opinas. Esto también podemos hacerlo «con los niños» estando el padre delante, para que vaya «captando la idea» de escuchar hasta que el otro acabe de hablar.
Pauta 9:
No dar mil vueltas para llegar a la idea. Hablar suele ser un proceso desordenado, en el que la mente puede, para referirse a un punto concreto, pasearse por 5 o 6 puntos que cree que sirven para argumentar mejor una idea . Das vueltas y no vas al «grano». Por eso , cuando tienes algo importante que decir, es muy buena idea primero ponerlo por escrito. El proceso de escritura es un proceso más ordenado que el hablar y así utilizarás tu poder de síntesis. Recuerda, no ir a lo relevante puede «marear» a quien te está «escuchando para responder» y no para comprender.
Pauta 10: Temas que no son de su interés.
A veces nos enojamos o sentimos frustradas porque «no nos prestan atención». Como si sea cual sea el tema, estuvieran obligados a que sea interesante para ellos. Pero en lugar de enojarte, de tomarlo como algo personal, analiza la situación.
- ¿Le estoy hablando de algo que me importa a mi?
- ¿He procurado tener su atención antes de empezar a hablar? Si no lo hemos hecho, entonces, es el momento de llamarlo por su nombre, (pero si decirle su nombre completo le suena a cuando su madre le reprendía por portarse mal, NO USAMOS su nombre!!!, es mejor usar un «cariño», pa», amor, o su nombre abreviado o sobrenombre) Y cuando tengamos su atención podemos continuar hablando.
- ¿Le estoy hablando de algo sin importancia para mi cuando noté que no me escuchaba?
- Entonces deja de hablar. Aunque no hayas acabado la conversación.
Cuando «note» el silencio te mirará o preguntará qué le estabas diciendo o porqué no has seguido hablando (el silencio le asombrará, sobre todo si hasta ahora hemos sido de hablar mucho!! 😅) Si el tema hemos notado que no era de su incumbencia, que no era de su interés, entonces, le podemos decir:- Nada, es que te estaba hablando de algo que no es importante, y no he querido continuar , para no ser una pesada. O podemos decir Nada, no era importante. Y el será quien nos diga que continuemos hablando, que nos haga alguna pregunta o propicie que la conversación siga, si era de su interés, o no.
Pauta 11: Si lo que vas a decir no es más bonito que el silencio, NO lo digas.
A nuestro esposo a veces no le interesa si hemos conseguido la carne de oferta, o si hemos estado hablando con tal y nos ha contado que tal otra personal ha hecho lo que sea. Hay momentos en los que uno está «ocupado» y con la mente ocupada, en los que hablar de temas triviales o que puedan no ser de su interés, es un error por nuestra parte. Hablar, por hablar, no siempre es una buena idea. Si estamos de paseo, tomando algo y le notamos desconectado de su trabajo y sus preocupaciones, el mismo buscará hablar de temas menos importantes. NO cualquier momento ni cualquier lugar es igual para hablar un tema trivial o un tema importante. Seguramente a ti te acabaría cansando si estás ocupada y te empieza a hablar de motores, coches, futbol o de temas que a ti no te importan.
Pauta 12: Paciencia
Tener paciencia hasta que deje de hacer el capullo y pueda salir convertido en una mariposa de la comunicación. A nosotras nos ha costado también conseguir la habilidad de no interrumpir y la hemos aprendido porque estábamos interesadas en aprenderla. Dale tiempo hasta que él también pueda conseguir esta habilidad. Y si ha mejorado, pero igualmente alguna vez interrumpe , aplica las pautas anteriores, y se paciente. La perfección no existe. La mejora, con la práctica, es inevitable.
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Viki Morandeira
Coach Ontológico