cuando se acaba el amor

Cuando se acaba el amor ¿se acabó la relación?

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Duele la vida cuando se acaba el amor. Es un momento en el que todo se pone de cabeza. Te resulta imposible pensar en otra cosa que no sea tu crisis, tu pareja, el futuro. ¿Se acaba una relación cuando se acaba el amor? ¿Es posible que se acabe el amor? ¿Se puede recuperar una relación cuando ha habido una crisis, una infidelidad? ¿Qué es el amor?

despertar viki morandeiraUn hermoso despertar.
A todos nos gustaría despertar con suavidad.

Con la suavidad con que el sol va ascendiendo, mostrándose, tímido. Tiñendo de dorado el amanecer.

Con la suavidad con la que besas a un bebé. Tocas sus pies, su carita, para verle despertar con una sonrisa.

Sin embargo, la VIDA carece de esa delicadeza.

La vida te despierta con un tsunami. Te despierta con la brutalidad de matarte unos segundos. Con la ferocidad de un divorcio. De una crisis de pareja. La vida te despierta disfrazada de múltiples formas, pero no delicada y suavemente.

Te despierta a la fuerza.
Te sacude a veces con crueldad.

Una crisis de este tipo tiene varias fases. Y podemos hacer un paralelismo con el despertar. Las fases del duelo puedes leerlas en ese enlace más detenidamente. Aquí te las contaré con una metáfora.

Sientes la sacudida, el golpe brutal que supone que tu pareja te diga que se quiere separar, que ya no te quiere como debería quererte, o con la violencia que te pega en medio del pecho si descubres una infidelidad. Y al principio no puedes creerlo. Esto no puede estar ocurriendo. No nos puede estar pasando esto a nosotros.

Es como esos primeros momentos tras despertar, en los que aún no sabes muy bien si todavía sueñas o ya has despertado.

Y te enojas. Porque el sueño que estabas soñando era bonito. Porque era agradable y cómodo, porque estabas bien así. Te enfadas con el día, con el golpe, con quien te ha dado el golpe. La ira es la segunda fase del duelo que ocurre durante una crisis.

Aunque con el desconcierto por el brusco despertar protestes. Aunque te quejes porque no es justo que te haya despertado mientras dormías tan plácidamente. No te crees que no puedas seguir durmiendo un rato más y tu enojo da lugar a ese momento en el que haces fuerza para volver a dormir. La tercera fase del duelo es desear que todo vuelva a ser como antes. 

Quizá cierras los ojos con fuerza, en un intento por volver a dormir

Y te resistes, pero la vida insiste.

Te golpea y si no despiertas, te vuelve a golpear.

Y de pronto reaccionas. Comprendes que has despertado. Que nada ganas con la ira. Que es imposible volverte a dormir. Y entras en un estado de tristeza. Te deprimes añorando volver a soñar ese sueño que la sacudida violenta de la vida interrumpió. Pensar en el pasado te lleva a experimentar dolor, frustración. Pensar en el futuro hace que sientas miedo, pánico. La cuarta fase de esta crisis tiñe de tu vida de gris, de depresión.

¿La vida te ha despertado enviándote una crisis de pareja?

¿Tu pareja te ha dicho que se ha acabado el amor?

¿Quieres salir de la tristeza, de la ira, de la incredulidad por estar viviendo esto?

Dicen que una crisis es una oportunidad. Y estoy de acuerdo con ello. También dice que la vida te golpea para despertarte y que si no despiertas, volverá y llamará más fuerte, más violentamente.

La crisis que casi rompe mi familia, que casi nos divorcia en 2008, fue durísima. Ya había «llamado» a mi puerta una vez y yo no desperté ni mi esposo tampoco. Pero esta vez abrí bien los ojos. Tenía una oportunidad disfrazada de crisis y la aproveché.

Gracias a estar al borde del divorcio, mi vida y mi pareja cambiaron a mejor. Podría haberme quedado en la fase de la depresión o en la de la ira… sin embargo, pasé a la quinta fase. La aceptación.

Acepté que aquello nos estaba pasando. Y busqué comprender por qué. ¿El amor se puede acabar? Comprendí pronto que el amor no se acaba. Porque no es un «combustible» sino una actitud. Una manera de vivir. El amor está cuando lo practicamos. Y no está cuando hemos dejado de practicarlo.

Dormidos, como se va por la vida, ocupados de trabajar, de tener un nuevo coche, de comprar una casa mayor, de ascender en el trabajo, de tener más dinero, de hacer más viajes, de emprender más proyectos, olvidamos relegado en el último lugar al amor.

No se acaba el amor. 

Lo dejas de poner como prioridad en tu vida. Y la vida con gran ímpetu te golpea con fuerzas. Despertar, igualmente, no siempre ocurre. A mí la primera vez no me despertó… e insistió una segunda vez.

¿Cómo te tomas tú la sacudida que la vida te acaba de dar?

En este momento es tu responsabilidad hacer algo.

Si la vida te ha golpeado con toda su potencia y necesitas una mano, aquí me tienes.

Viki Morandeira

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